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Educación, Socialismo y Postmodernidad (página 2)



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2-SOCIALISMO DEL
SIGLO XXI

En abril del año 2005, después de mas de 6
años en el poder, el
presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela,
Hugo Rafael Chávez Frías, planteo al país
por primera vez la posibilidad y la necesidad de enrumbar al
Venezuela hacia el socialismo, un nuevo socialismo, el que el
llamo socialismo del siglo XXI. Desde su llegada al poder en
1998, el presidente había dejado claramente marcada su
posición contra lo que el ha llamado "el capitalismo
Salvaje" y tomando como referencia a pensadores nacionales como
Bolívar,
Miranda, Simón Rodríguez, Zamora y de hombres de
otras nacionalidades como Marti, el Che Guevara, y
la doctrina religiosa y los discursos del
Papa Juan Pablo II, hablaba de la necesidad de un humanismo
internacional frente al capitalismo y en lo interno desarrollar
una verdadera democracia
participativa y protagónica.

Así queda plasmado en la constitución de 1999, donde se hace
referencia a esta posición humanística y
democrática, pero nada hace referencia al socialismo ni
jurídicamente es desmontada la estructura
jurídica capitalista que predomina en nuestra nación.
Es en el paquete de leyes, conocidas
como las habilitantes y entre las cuales se encuentran la
Ley de Tierras
y las reformas propuestas a otras leyes como la de educación entre
otras, donde aparece una clara posición sobre la necesidad
de transformar el modo de producción y las relaciones sociales
capitalista predominante en la nación,
al hacer referencia a la distribución de las tierras, atacar el
latifundio, en considerar participe accionista a los obreros en
las empresas
publicas, en la expropiación de empresas privadas. Estas
reformas, como es de todos conocido, trajo el repudio de los
sectores económicos y políticos tradicionales y
poderosos del país, lo que conllevaron a los paros
escalonados que generaron a su vez la crisis y
paralización del aparato económico entre los
años 2002-2003, cuyo fracaso hizo posible al gobierno nacional
posesionarse de sectores fundamentales de la vida nacional como
es el caso de la principal industria:
PDVSA, pero también iniciar una política
social ya no simplemente de carácter focalista y coyuntural sino de
carácter generalizada y popular, en función de
dar respuesta a los que eternamente han estado
excluidos, marginados de la educación, de la
justicia, del
trabajo digno,
de la salud con la
promoción de las misiones.

Así mismo en el marco de la política
internacional ya desde la llegada al poder pero mas aun
después del golpe del año 2002, Venezuela se
convierte junto a Cuba y otros
países del tercer mundo en fuerte opositores a la
política exterior norteamericana y de los países
desarrollados en general, cuestionando no ya acciones
focales como la invasión a Irak sino a
los mecanismos de dominación permanente en el área
económica, política, ambiental,
históricamente adversados por partidos, organizaciones
pero por muy pocos estados nacionales. Así mismo no puede
negarse el papel jugado por Venezuela reivindicando el rol del
tercer mundo no solo en la protección de las materias
primas sino también en la unificación de un bloque
que permita el reconocimiento y el respeto a las
soberanías y a la existencia de la vida misma.

En los últimos años son también
evidentes los triunfos en cuanto a la política exterior
hacia la América
Latina en cuyo continente hay una marcada orientación
hacia gobiernos si bienes no
todos socialistas la mayoría de ellos están
enfrentados al neoliberalismo
y con un alto sentido social. Evidentemente; lo que esta
sucediendo en Venezuela y la posibilidad de un socialismo tiene
que ver con las causas internas de las condiciones de vida de las
mayorías de nuestros habitantes, de la exclusión y
las injusticias ya señaladas, la resistencia de
los sectores tradicionales y todo el proceso que
hizo llevar a Chávez al poder. Pero tampoco podemos
desligarnos de los cambios ocurridos en el mundo en los
últimos años, sobre todo a partir de la euforia
neoliberalista a consecuencia del derrumbe del socialismo
soviético.

Para un tratamiento serio de lo que puede ser este
socialismo del Siglo XXI es necesario su conceptualización
y establecer las diferencias y semejanzas con los socialismos
anteriores, desde el socialismo utópico al socialismo
marxista, a la experiencia soviética y china,
así como las experiencias del tercer mundo, como el caso
cubano. Además de la contextualización y
categorización sobre que es el socialismo hoy, el imperialismo,
la explotación, las clases
sociales, la vanguardia, la
dictadura del
proletariado – categorías algunas de las cuales ya no son
suficientes para explicar los procesos
sociales actuales- es necesario definir y responder algunas
interrogantes: ¿cual es la nueva ideología socialista, su ética?, el
carácter de la revolución? :¿revolución
permanente?, ¿globalización del socialismo?,
¿Cuál es el tipo de economía?,
¿eliminación de la propiedad
privada?, ¿reforma de la constitución?,
¿desarrollo
endógeno?, ¿es posible socialismo dentro del
capitalismo?, ¿la vanguardia política y militar?,
¿como defender la revolución?, ¿Cuál
es la nueva cultura
socialista?, el papel del trabajo, el ambiente,
contradicciones de lo endógeno y la integración tercermundista,
¿populismo o
socialismo, populismo o demagogia?, ¿dictadura o
socialismo? ¿Papel de la educación, la tecnología, la ciencia,
los intelectuales?, entre otras muchas preguntas a las
que hay que ir dándole respuestas.

Sobre "la muerte del
socialismo" es mucho lo que se ha dicho, pero desde nuestra
percepción y basándonos en los
principios
teóricos y filosóficos expuestos por los fundadores
del socialismo (Marx, Engels y
luego Lenin) lo ocurrido en las sociedades de
Europa del Este
está muy alejado de estos principios socialistas:
Capitalismo de Estado y dictadura burocrática es la
contradicción del socialismo. El socialismo, así
como otras corrientes menos radicales, surge en el siglo XVIII
para enfrentar las deformaciones del capitalismo, deformaciones
aún existentes aunque algunas de ellas distintas y de otra
índole.

La expansión y apoyo al socialismo fue y es una
identificación de sentimientos de repudio al capitalismo.
Desde nuestra perspectiva, es inherente a los hombres la
necesidad de sustituir lo que consideren injusto, así
sucedió con el fin del esclavismo luego
con el feudalismo, donde
la mayoría sin tener claramente definido hacia donde se
dirigía defendieron los preceptos de igualdad y de
libertad. Sea
cual sea el nombre que queramos darle, esta pretensión de
cambio social
es de carácter universal. Estemos de acuerdo o no hay
manifestaciones concretas, naciones en África, Asia y América
Latina que asumen el socialismo como sistema,
igualmente en otros países existen partidos
políticos o movimientos guerrilleros que luchan contra
el capitalismo y lo más importante: ¿es que no son
un "caldo de cultivo" las cada vez crecientes mayorías
marginadas de los beneficios del sistema capitalista en estas
regiones? ¿No hemos visto manifestaciones de repudio en la
propia Europa del Este a esta reciente inserción al mundo
capitalista? ¿No se han producido intentos de golpe de Estado
que restablezcan el viejo régimen, manifestaciones
callejeras y creciente participación de los llamados
excomunistas en los parlamentos? Imaginémonos por un
momento lo que significa para Rusia, que no
es potencia solo a
partir de la revolución de 1.917 sino desde hace tres
siglos, que después de haber disputado el poderío
mundial convertirse ahora en sumisa de sus otrora
rivales.

Al reconocer algunos errores del capitalismo, los
defensores del liberalismo
señalan que estos se habían producido precisamente
por no haber cumplido a plenitud los preceptos liberales
plasmados desde el siglo XVIII y que han sido los nacionalismos y
las economías cerradas las que han dado pie a las
deformaciones y vicios del capitalismo. ¿Pero cuál
es el capitalismo victorioso?. El de los Estados Unidos,
el país más endeudado del mundo, donde existe un
20% de población (treinta y cinco millones de
personas) en estado de pobreza y donde
se segregan a los negros y los inmigrantes de los países
subdesarrollados?.

El que interviene y viola la soberanía de otros países a su
antojo. El mayor vendedor de armas del mundo?
Un país con caída violenta de la productividad y
con una capacidad de ahorro cuatro
veces inferior a Japón,
y tres veces con respecto a Europa Occidental. O hablamos de
Europa, que a pesar de, los esfuerzos ponen seria resistencia a
los procesos de integración, fundamentalmente Inglaterra; madre
del liberalismo económico. Qué decir de los
índices de inflación y desempleo en
estos países. Y los casos de corrupción, mafias organizadas, el terrorismo y
los que es peor, los grados de xenofobia a
que ha llegado y que parecieran revivir al nazifacismo?
¿Son el Japón y los Dragones Asiáticos las
excepciones?.

Demostrado están los males que también
acarrean las economías superhabitarias, pero sobre todo
¿son conocidas las inhumanas condiciones de vida en
ciudades como Tokio? ¿Las consecuencias de un estilo de
vida mecanizado? ¿Por qué es tan frecuente el
suicidio
juvenil en el Japón? ¿Y los regímenes de
fuerza en los
países del sur-este asiático? Estas naciones sufren
graves problemas de
contaminación, drogas,
delincuencia,
violación de los derechos humanos,
racismo, corrupción y terrorismo en grados muy
superiores a los países subdesarrollados. ¿Son
estos regímenes políticos cada vez más
autoritarios, cada vez màs conformados por oligarcas de
las finanzas y
representantes del nacionalismo
xenofòbico, los modelos de
democracia liberal a seguir? ¿Puede alguna de estas
naciones erigirse como modelo para
los países subdesarrollados? ¿Y qué decir de
los enfrentamientos cada vez màs violentos que en el
ámbito comercial se ha suscitado entre los grandes
países capitalistas y que amenazan en un futuro,
quizás no tan lejano, con choques militares?.

¿Por qué seguir haciendo énfasis en
alcanzar niveles en los índices macroeconómicos que
han demostrado que para nada benefician a las grandes
mayorías y por el contrario favorecen a los tradicionales
sectores privilegiados y a sus socios transnacionales?.
¿Por qué no llevar el énfasis a políticas
que integren lo económico y lo social, en políticas
que busquen el bienestar social?. No a través del
populismo (mayor grado de dependencia, degradación y
parasitismo de una sociedad) sino
a través de la conformación de políticas que
en términos individuales y societales formen a hombres con
capacidad de producción (cooperativismo, microempresas,
entre otros). Para ello es lógicamente necesaria la
transformación de los sistemas
educativos y, lo que es más difícil, de patrones
culturales que valoricen el trabajo
manual y
artesanal, el trabajo agrícola y comunitario sin que esto
signifique desdeñar la identidad
cultural, por el contrario nutrirse de ella para rescatar la
producción autóctona y las modalidades de trabajo
tradicionales.

En términos políticos, incentivar una
verdadera democracia de mayor participación ciudadana, que disminuya el
poder de las burocracias estatales y de los partidos
políticos. En lo económico es necesario implantar
medidas que equilibren la distribución de la riqueza, que
vayan desde políticas tributarias que pechen a los que
más tienen, hasta políticas de carácter
antimonopòlicas, que de ser necesarias lleguen hasta la
expropiación de bienes económicos. Mientras esto
ocurre, la crisis del "socialismo real" ha dislocado a los
tradicionales partidos de izquierda, sobre todo de aquellos que
fueron màs seguidores de las decisiones de Moscú
que de los pensadores socialistas (Marx, Engels, Lenin). Sumado a
la gran heterogeneidad de estas corrientes políticas
izquierdistas tenemos ahora la dispersión de excomunistas
y exsocialistas en actividades diversas, como la lucha
ambientalista, pro-derechos humanos, entre
otras, en donde a pesar de seguir manteniendo su misma
posición adversa al capitalismo evitan seguirse llamando
socialistas o comunistas y utilizar las categorías de
análisis del materialismo
histórico

Por esta razón los científicos sociales,
los filósofos, los intelectuales , están
obligados hoy mas que nunca a dar respuesta a la crisis del
pensamiento,
romper con la pereza intelectual,
la banalidad del discurso
frío, seguir creyendo que es la realidad la equivocada y
que las viejas teorías
y premisas filosóficas siguen siendo eternamente validas.
La difícil situación de pobreza material e
intelectual, las desigualdades del mundo, los problemas del
hombre
(drogadicción, soledad, angustia, temores,
espiritualidad, libertad,, entre muchos otros) que ahogan al
mundo contemporáneo requieren de una nueva
generación de pensadores.
No se trata de mandar al
olvido a Kant, Hegel, Marx,
Niestche, Habermas, entre tantos otros, por el contrario; lo
pertinente es releer a éstos y descubrir en ellos los que
nos puede ser útil para dar respuestas a las interrogantes
de hoy , a las necesidades y demandas de la sociedad donde
vivimos, a la que pertenecemos y nos debemos. Pero así
mismo ya no es suficiente para los nuevos filósofos ,
pensadores sociales, pretender buscar todas las respuestas en las
hojas amarillentas de los clásicos, ni al contrario, en
las coloridas paginas web de Internet, se trata del
hermoso reto mancomunado de pensar y repensar al mundo
contemporáneo, hay que parir una nueva
filosofía
.

III- EL DEBATE
POSMODERNO

El cuestionamiento a la modernidad no es
nuevo, desde finales del siglo XIX ya Nietzsche con
"la muerte de
Dios" había iniciado este debate que se presenta durante
todo el siglo XX, y que es ahora alimentado por la lógica
reflexión de un comienzo de siglo y milenio, que hasta ha
dado pie a firmes creencias en el fin de la propia vida sobre
la tierra. Lo
que ocurre a igual que con otros grandes cambios del pensamiento,
es que estos han llegado tarde a América Latina. Es ahora
cuando el tema se hace moda, demostrando
que nuestra dependencia no es sólo económica es
cultural, y nuestros intelectuales son en parte los culpables. No
sólo llegó tarde el debate postmoderno a
América Latina sino que a igual que con el liberalismo y
el socialismo lo asumimos como una verdad cierta, lo adoptamos
sin haberlo asimilado, sin cuestionamiento o simplemente por
ignorancia o comodidad lo negamos.

En conclusión, nuestra posición es que
pretenden decretar el fin de la modernidad, dar por hecho la
entrada a otra era, puede convertirse (y a nuestro modo de ver ya
está ocurriendo) en el discurso legitimador del triunfo
del capitalismo y su inevitable existencia, puesto que aun la
racionalidad capitalista, – a pesar de los cambios – es la
dominante: hasta las redes informáticas
que hacen posible la realidad
virtual es producto de un
proceso de producción, comercialización y consumo
capitalista y la sociedad dividida en productores o no, en
poseedores o no de estas tecnologías es la misma de la
sociedad capitalista. No pretendemos caer en posturas radicales
como las de Frederic James (1995) quien define a la postmodernidad
como "una cultura estadounidense" "expresión de una nueva
ola de dominación militar y económica…" ya hemos
hecho referencia en otros trabajos a algunas posturas iniciales
de la postmodernidad de cuestionamiento a las deformaciones de la
modernidad con las cuales difícilmente se puede estar en
desacuerdo.

Otro argumento en contra de esta traslación
automática del debate postmoderno es que este tiene un
origen ubicado geográficamente en Europa y ha sido
allí fundamentalmente donde se ha desarrollado y el
cuestionamiento a la modernidad, la crisis de la misma se refiere
particularmente a la realidad de los países desarrollados,
"maduramente modernos". Ante la tentación de adoptar la
postmodernidad en América Latina debemos preguntarnos si
el requisito mínimo para tal cosa no es la existencia,
maduración y agotamiento de la modernidad, es decir,
¿ha sido plenamente Moderna la América Latina?.
¿Ha logrado la región el desarrollo pleno de las
fuerzas de producción capitalista; trabajo, capital, para
poder así hablar del fin del capitalismo?, ¿Han
sido modernamente maduros las estructuras
políticas y sociales para poder entrar al fin de la
política, de la ciudad, del Estado, etc.?, en definitiva
¿Podemos ser postmodernos sin haber alcanzado plenamente
la modernidad?. En algunos de nuestros países aun
coexisten importantes manifestaciones del Feudalismo. ¿Es
posible saltarse la aun añorada modernidad para estos
países y llegar a la postmodernidad?. Muchos
responderán que Sí, y además dirán
que es lo deseable. Nuestra repregunta es y será:
¿entraremos a la postmodernidad igual que a la
modernidad?, es decir, atados a la dependencia, por que al final
ambos proyectos, ambas
épocas no son nuestras, sino realidades y cosmovisiones
ajenas.

¿Qué dicen los posmodernos sobre el fin de
la pobreza?,
¿hay posibilidades de una pospobreza, posdependencia, en
fin una posamérica Latina que niegue su existente y la
considere un atrofio del desarrollo?. Tal como lo señala
Peter Druker (1997) la era post esta negada para los
países subdesarrollados:

"Las fuerzas que está creando la sociedad
poscapitalista tiene su origen en el mundo desarrollado. Son el
producto y el resultado de su desarrollo. Las soluciones de
los retos de las sociedades poscapitalista no se van a encontrar
en el tercer mundo (…). Los problemas de la sociedad
poscapitalista y el estado
poscapitalista sólo se puede atacar donde se originaron y
fue en el mundo desarrollado"(p.12).

Al final pudiéramos caer en el mismo juego de
quienes en defensa del supuesto triunfo capitalista y de la
panacea globalizadora subestiman la existencia de la
latinoamericaneidad no sólo como un proyecto de
asociación económico sino la de una existencia y
consciencia política, cultural y moral, que se
enfrente a los desvanes de la pretendida homogeneización
bajo los parámetros que imponen las naciones poderosas.
Sí nadie cuestiona la existencia de lo Europeo, como una
realidad histórica que hoy – a pesar de las
dificultades – camina hacía su total
integración económica, siendo este continente el
más heterogéneo desde el punto de vista
físico y cultural (diferentes idiomas, etnias) que ha sido
escenario de los más cruentos enfrentamientos militares,
igualmente es imposible negar la existencia y conciencia de la
identidad latinoamericana.

"Otros grupos de
países se encuentran relacionados por su historia y por su raza, por
su lengua y por
su religión o
por pactos políticos o económicos, pero no es
frecuente que coincidan todos estos vínculos, y lo es aun
menos que, como en el caso de América Latina los rasgos
comunes sean más fuertes que la voluntad del
individualismo y aún que las disidencias" (Martínez
J. L. 1979. p 113)

Los parámetros con los que históricamente
hemos sido juzgados son los parámetros tecnicistas de las
sociedades occidentales, de esta manera la conclusión ayer
y hoy es que somos inferiores. Nuestra supuesta inferioridad
científica – tecnológica se debe a que esta
racionalidad no nos pertenece, competir bajo estos
parámetros siempre nos hará inferiores.

La creatividad
cultural – artística del latino americano reconocida
mundialmente es demostración de nuestras capacidades, la
"raza cósmica" o lo que hacía referencia
Vasconcelos, nuestra poderosa imaginación, se enfrenta
cada día a esta cosmovisión planetaria
neopositivista, que al tiempo que
pregona el fin de los grandes relatos, pretende crear "un orden
mundial" demostración de la falsedad de la
globalización y el neoliberalismo que profesan un "libre
mercado", el
"orden natural" tal como propuso Adam
Smith.

Hemos sido enfáticos en la peligrosidad de asumir
en América Latina la discusión postmoderna en el
sentido de convertir a este en un discurso legitimador del status
quo capitalista y además por representar una continuidad
de la dependencia cultural que no nos permite vernos y
comprendernos a nosotros mismos, con nuestros ojos. Pero
así tan tajante en esta posición, debemos al mismo
tiempo reconocer que la otra cara de la discusión
postmoderna, la que clama por la libertad de pensamiento, por
cuestionar el racionalismo
– lógico- lineal se parece mucho a América
Latina. Parafraseando a Alejo Carpentier quien considera que por
la espontaneidad la libertad y tendencia contradictoria el
arte
latinoamericano siempre ha sido Barroco, mucho
antes de que esta corriente llegara a nosotros. Igualmente
pudiéramos decir que América Latina ha sido siempre
posmoderna, mucho antes de que Nictzche asesinara a Dios, mucho
antes de la escuela de
Frankfurt, quizás es la América Latina el espacio
ideal para la nueva era, tal como lo señalo el intelectual
mexicano Leopoldo Zea(1995):

"…Los pueblos bajo subdesarrollo
son los mejor preparados para el futuro en que la humanidad haya
de volver a la vida natural, ya sin la violencia que
hicieran los hombres y pueblos que encarnaron la modernidad"
p164

4-EL DESARROLLO ENDÓGENO

Contexto mundial El termino desarrollo ha sido de
los mas usado en los últimos cincuenta años para
referirse fundamentalmente al crecimiento de las variables
macroeconómicas (PTB, tasa de
interés, balaza de pago, entre otros).

Esta perspectiva ha sido fuertemente criticada por su
carácter sesgadamente economicista que coloca al margen, o
como consecuencia de lo económico, a las dimensiones
sociales, culturales, políticas, ambientales, entre otras.
Desde los padres de la economía clásica, la riqueza
ha sido justificada como una consecuencia de la
especialización del trabajo, la división
internacional de la producción económica y las
corrientes liberales de la economía (desde el liberalismo
clásico del siglo XVIII hasta el neoliberalismo del siglo
XX), han hecho de los valores de
la competitividad, el individualismo, el
egoísmo, el lucro, expresiones de riqueza.

Esta visión económica acompaña lo
que desde antes, filósofos y politólogos como Hume
describieron en la naturaleza del
hombre, según la cual hay una especie superior que se
impone sobre los otros, siendo el Estado el responsable de
garantizar la existencia del mas débil y según esta
perspectiva eso repercutiría en beneficio de éstos,
cuando en realidad lo que hacia era legitimar el poder de las
minorías.

Después de dos décadas de euforia
neoliberal y de esta nueva etapa del capitalismo mundial llamada
globalización- pero que en realidad no es mas que una
nueva faceta de la racionalidad imperialista que por naturaleza
caracteriza al capitalismo- ha quedado evidenciado las terribles
injusticias y evidentes deformaciones de esta practica
económica que ha hecho recurrir, hasta a sus mas fieles
seguidores, a otras tesis mas
moderadas. Con la crisis y caída del socialismo
soviético se vino a bajo no solo una clara
manifestación de deformación de un sistema que nada
tuvo de socialista y que por el contrario se convirtió en
el más aberrante capitalismo de Estado. Pero no podemos
negar que aunque esto sea verdad no es menos cierto que este
fracaso justificó una supuesta inviabilidad de cualquier
otra sociedad distinta a la capitalista.

Consignas como la aldea global, "el mundo es uno solo",
el decreto del fin de las utopía y la historia, la
política las ideologías, de los Estados Nacionales,
entre otros, se dispersaron por todo el mundo para justificar el
supuesto triunfo de un capitalismo cuyas deformaciones son
ampliamente conocidas: la paradoja de un mundo que ha visto
multiplicar su economía cinco veces pero que solo
beneficia a diez de las doscientas naciones que conforman la
tierra,
mientras que la mayoría vive en estado de pobreza y cerca
de un tercio de la población mundial en este mundo
globalizado y de revolución informática no cuenta con los servicios
básicos de electricidad,
agua potable,
entre otros y vive con menos de dos dólares
diarios.

Estas mismas naciones que controlan los organismos
económicos y políticos internacionales, cuyas
transnacionales dominan el comercio, sino
que además deciden arbitrariamente cuando violar la
soberanía y cometer genocidios en nombre de sus propios
intereses. Bajo el alegato de reconstruir la democracia, en estos
países donde paradójicamente no se elige
directamente a los presidentes y solo existen dos o tres grandes
partidos que monopolizan la participación política ; bajo el
pretexto de perseguir a terroristas y al narcotráfico cuando son ellos los
principales consumidores de drogas, financiadores de los
principales carteles y son también quienes
históricamente aplican el terrorismo de Estado sobre las
naciones débiles; al tiempo que proclaman la defensa al
ambiente, han sido los que producen mas daño al
patrimonio
natural de la humanidad y ni siquiera aprueban los acuerdos que
en el discurso supuestamente han propiciado. Son estos mismos
quienes hablan de un solo mundo y de una aldea global los que
generan más xenofobia y rechazo a las migraciones
provenientes de los países del sur. Sin embargo a pesar de
esto se han atrevido a hablar de moral y colocarse como
victoriosos y modelos a seguir.

Contexto nacional Después de la crisis del
modelo desarrollista o del modelo de sustitución de
importaciones (
que había sustituido a su vez al modelo histórico
agroexportador) Venezuela entra en los años ochenta en una
profunda crisis cuyas causas estuvieron no solamente en la
imposibilidad de construir una economía nacional sino por
el contrario atada a grandes grupos internacionales y a la
protección del Estado, sino que la crisis también
se manifestaba ante la grotesca contradicción de un
país aparentemente rico con niveles atroces de pobreza en
la mayoría de su población. Esta mayoría
heredera de las desigualdades impuestas en los tres siglos de
colonia y luego en el siglo y medio de republica y que vieron
fracasar en múltiples ocasiones sus justas aspiraciones,
comienzan desde los años sesenta con los movimientos
guerrilleros, pero mas espontáneamente aun y ahora con un
sentido claramente urbano después de los años
ochenta, se haría manifiesta un reclamo general de la
sociedad no solo por las reivindicaciones económicas sino
por el mayor grado de participación política y de
acceso a la educación y la cultura de las que estaban
excluidos.

El agotamiento del modelos económico pero
igualmente del modelo político y sociocultural excluyente,
es lo que explica la naturaleza de los hechos del 27 y 28 de
febrero de 1989, del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992, la
salida y el repudio a los segundos mandatos de Carlos
Andrés Pérez y Rafael Caldera, que bajo un discurso
supuestamente nacionalista y de disposición al cambio por
el contrario representaron la máxima expresión del
entreguismo a los intereses internacionales, y así mismo
ante un aparente apertura democrática en realidad se
convirtieron en gobiernos marcadamente represores y
antidemocráticos. La llegada de Chávez al poder en
1998 va acompañada de toda esta expresión de
rechazo al pasado pero fundamentalmente es la expresión de
la esperanza de una mayoría de la población que
exige justicia social.

Desde el inicio de su mandato, el actual gobierno ha
establecido marcada diferencia con el modelo económico
neoliberal, la
globalización y ha proclamado (tal como quedo expreso
en la Constitución de 1999, la construcción de una democracia social, no
representativa sino participativa, de una economía social,
no de competencia sino
de solidaridad. En
este sentido, el proceso revolucionario pacifico ha venido
gestando cambios en la estructura legal (Leyes habilitantes), que
garanticen la democratización del capital, de la
distribución de la riqueza, así como ha generado
planes y proyecto en el sector cultural y educativo para
responder a la demanda de los
excluidos. El presidente Chávez, ha plasmado cinco grandes
ejes para la constitución de la nueva República :
El equilibrio
político
, que garantice la democracia participativa y
protagónica; El equilibrio económico para
garantizar una economía solidaria, productiva y
autosostenida, El equilibrio social a través
fundamentalmente de la educación, la cultura y la
justicia; El equilibrio territorial para la
ocupación equilibrada del territorio nacional y el
equilibrio internacional
para fortalecer la soberanía,
desarrollar la integración no solo de América
Latina sino también con el resto del tercer
mundo.

A nivel internacional el Presidente Chávez se ha
pronunciado, entre otras cosas, por el humanismo, por ampliar la
participación y hacer mas equilibrada la
participación de los países subdesarrollados en la
ONU, por la
constitución de un fondo de solidaridad mundial, por
defender lo que se daba como desaparecido, como son los procesos
de integración subregionales y del tercer mundo no
solamente en lo económico, como ha sido el rescate de la
OPEP, sino de
alianzas en el orden de lo político y lo sociocultural. A
nivel nacional, a pesar de los múltiples ataques y
aseveraciones según la cual para algunos Venezuela se
estaba convirtiendo en un país comunista y para otros se
repetían errores del modelo rentista y populista del
pasado, sin embargo, fue solo hasta el mes de marzo del 2005,
cuando el presidente, por primera vez, se refirió a la
necesidad de construir el socialismo del siglo XXI.

Socialismo del siglo XXI ¿A que tipo de
socialismo nos referimos cuando hablamos del Socialismo del
Siglo XXI
? A nuestro modo de ver, nos referimos a un modelo
que tiene parte su basamento teórico y filosófico
en los postulados de los grandes clásicos de esta
corriente, fundamentalmente de Karl Marx en su
crítica
al capitalismo. Pero un capitalismo que no es el mismo que hace
ciento cincuenta años, ni el propio Marx ni Engels, ni
Lenin (padre de la primera experiencia de una revolución
de carácter socialista, Rusia 1917), pudieron formular
acabadamente lo que debía ser la
organización económica, política y
sociocultural de una sociedad socialista. Ya hemos hecho
referencia al fracaso soviético y muchas críticas
se han realizado a otras experiencias socialistas que han
existido y aun existen en el mundo.

De lo que se trata es de la construcción de
nuestro propio proyecto de país. No creo que lo mas
importante sea el nombre que le demos: humanismo, desarrollo
sustentable, socialismo, sino tener claro lo que representa
cada uno de estas concepciones, cuales han sido sus fortaleza y
sus debilidades, pero lo mas importante es que este surja de
nuestras propias características, necesidades,
potencialidades y no lo que hemos hecho históricamente,
que vía imposición y/o imitación hemos
trasladado modelos
económicos, políticos y socioculturales de
otras naciones, muchas veces sin ni siquiera tomar en cuenta la
necesaria contextualización. Por ello no nos cansaremos de
repetir que la dependencia no es solamente económica sino
fundamentalmente cultural e intelectual.

– Desarrollo endógeno Una de las facetas
que se han mencionado para constituir el proyecto de país
han sido los llamados Núcleos de Desarrollo
Endógenos, cuyo principio central, es la
constitución de grupos organizados para fomentar
actividades económicas que aprovechan las condiciones
naturales de las regiones, garantizando condiciones de igualdad,
de oportunidad y distribución de los beneficios pero
fundamentalmente que contribuyan a la transformación de
las relaciones sociales, políticas y culturales del ser
humano. Por ello es necesario aclarar que los desarrollos
endógenos no pueden reproducir las viejas prácticas
capitalistas de descentralización económica pero
cuya racionalidad sigue siendo capitalista, es decir; de
explotación, del lucro individual y/o colectivo. Sino se
transforman las relaciones sociales de producción nada se
habrá hecho.

Así mismo; el cooperativismo con todas sus
grandes ventajas y aportes al trabajo solidario ha tenido en
contra el debilitamiento de lo que los marxistas denominan la
conciencia en si, la conciencia de clase,
por
que al final su objetivo
fundamental es resolver problemas muy legítimos de
sobrevivencia, pero no de transformación de la sociedad Al
final muchas veces se convierten en importantes y valiosos
aportes a eso que llaman la economía solidaria pero sin
tocar y trasformar ni siquiera cuestionar las estructuras
dominantes. El desarrollo endógeno por tanto no puede ser
la proliferación y masificación de cooperativas
desarticuladas para producir lo que le place sin responder al
proyecto de país. No puede haber desarrollo de
núcleos endógenos desarticulados del proyecto de
país. Los proyectos endógenos en cada una de sus
localidades ofrecen con sus características y sus
potencialidades los requerimientos no solo de su localidad sino
de la nación. De lo contrario no solo continúa la
racionalidad económica capitalista sino que peor aun,
aquellas regiones con condiciones naturales y de riqueza
económica se verán tentadas a exigir privilegios y
hasta cierta autonomía política-administrativa que
pondría en peligro la existencia del Estado
Nacional.

¿Exclusión vs. inclusión?
Así mismo sucede cuando utilizamos por igual los
términos "exclusión, e inclusión". No hay la
menor duda, y ya hemos hecho referencia, a la exclusión
sistemática de la que ha sido victima la población
venezolana históricamente: excluidos de la propiedad de la
tierra, de las fabricas, de su propio trabajo
"(alienación), de la participación a la organización política, de la
educación y la cultura. Pero si hablamos de incluir a los
excluidos sin haber previamente o paralelamente destruido las
estructuras de dominación, los estaremos incluyendo dentro
de la propia sociedad cuestionada, de su práctica y
racionalidad, muchos de estos incluidos al final lo que
harán será reproducir y legitimar y por tanto darle
más fuerza al modelo que se pretende en principio
sustituir. No se trata de inclusión sino de
constitución de un nuevo proyecto de país cuya
premisa básica es que no sea excluyente, que garantice la
igualdad de oportunidades para todos. Para quien escribe, este
proyecto no podrá ser nunca dentro del modelo capitalista
que es de naturaleza excluyente. Por lo tanto considero sumamente
serio y una responsabilidad de primer orden discutir en
razón de ¿cuál es el tipo de sociedad,
cuál es el tipo de ser humano que deseamos formar? Este es
el principio sobre lo que gira todo, lo contrario es reproducir
los males del pasado o caer en la anarquía.

5-PAPEL DE LAS UNIVERSIDADES Y LAS
MISIONES

Anteriormente hablamos de la dependencia cultural e
intelectual, no tenemos la menor duda en afirmar que el sistema
educativo y fundamentalmente las universidades han sido, en
la mayoría de los casos, cómplices de estas
aberraciones. Hemos tenido una universidad de
espalda al país, ghetos intelectuales, académicos
de escritorio, investigadores y extensionistas para el beneficio
de una elite. Una educación excluyente a la que no pueden
llegar los pobres en su inmensa mayoría. Estas
cúpulas universitarias, con sus excepciones, que a igual
que otras instituciones
como la iglesia,
los medios de
comunicación, se han convertido en
representación de los decadentes partidos políticos
y son ellos la máxima expresión de la
oposición, y quienes critican las propuestas de cambios
que viene desarrollando el gobierno nacional pero sin ofrecer
alternativas, requieren de su transformación. Los
universitarios no podemos seguir de espalda al país, como
promotores del pluralismo ideológico, productores de
conocimientos, estamos en la obligación de asumir, critica
y constructivamente, posición ante los cambios que se
generan, no para bendecirlos y convertirse en aparto
ideológico del gobierno sino para asumir el rol
protagónico en la contribución de la
construcción nacional.

Nuestras universidades no pueden seguir formando
solamente ingenieros para las grandes obras, médicos que
curan utilizando tecnología excesivamente costosa, deben
formar, sin desdeñar éstas, a profesionales que
contribuyan a enfrentar la grave situación de pobreza y
marginalidad
de las mayorías, utilizando tecnologías de bajos
costos o
tecnologías tradicionales artesanales (en nuestro ejemplo,
el uso del adobe para la construcción, la medicina
preventiva y naturista), lo más importante aún es
que las universidades no pueden seguir formando técnicos
acríticos e indiferentes a la realidad, no se trata de
formar simples conocedores y especialistas en el dominio del uso
de herramientas
para solucionar problemas sin entender el contexto global en el
que se encuentran dichos problemas.

Las técnicas
no son nada por sí solas sino se tiene claro el fin
último de lo que se pretende lograr y a quien va a
beneficiar. De estos males no escapan las ciencias
sociales, humanísticas y las ciencias
jurídicas, al caer en el tecnicismo que sólo
sirve para reproducir las deformaciones existentes; no podemos
seguir formando abogados que sólo memorizan leyes sin
entender el contexto de las mismas y su justicia,
convirtiéndose en simples manualistas legales; o
economistas que se olvidan del carácter social de esta
ciencia y se
dedican a la traducción y repetición de los
textos extranjeros encerrándose en el manejo de los
cálculos matemáticos, pero lo peor aún,
sociólogos, filósofos, etc. que se abstraen del
mundo terrenal por considerarlo denigrante y se dedican
sólo al estudio de los clásicos. O
Psicólogos que hacen igual abstracción
encerrándose sólo en el mundo interior de los
individuos.

Sea cual sea las especialidades que formen nuestras
universidades estas deben tener un componente general consono con
la filosofía de formar ciudadanos, hombres críticos
capaces de pensar soluciones alternativas, personas conocedoras
de sus deberes y sus derechos, de ideales democráticos,
con sentido moral, ético y humano. No podemos seguir
viendo a la universidad como una casa grande donde estudiamos o
trabajamos, la universidad es el país; allí deben
trabajar y deben formarse quienes están llamados a asumir
roles protagónicos en todas las áreas de la
sociedad, la universidad debe ser el centro generador del
conocimiento,
de la tecnología y de la cultura, de la sociedad que
podemos tener. Por esto una verdadera universidad no es tal,
sí en ella no existen los estudios sociales y
humanísticos. En los actuales momentos muchas carreras
bajo el pretexto de la modernización curricular han
disminuido o eliminado el peso de dichos estudios.

Los problemas
ambientales, de pobreza y en general los concernientes a la
calidad de
vida no deben ser asuntos apéndices o de moda de la
vida universitaria, por lo contrario deben ser de carácter
intrínsecos propio de la naturaleza y la filosofía
de la universidad. La Universidad ha ido a dos extremos: idealismo
(político) y el pragmatismo
(económico). El cientificismo no puede ser el único
eje de la universidad. La importación científica y
tecnológica no sólo nos ata a una dependencia
económica sino intelectual. De esta manera las
universidades se han convertido –queriéndolo o no
– en uno de los principales mecanismos de la dependencia,
es más parte del problema que una solución a la
dependencia.

Ante los cambios mundiales (fundamentalmente el
tecnológico), las universidades vienen siendo invadidas
por conceptos y categorías propias de la ciencia
administrativa – gerencial: calidad total,
competitividad, reingeniería, productividad, que
vacíos de filosofía, de un contexto nacional,
convierten a nuestras universidades en una empresa. La
universidad no debe ser ajena a estos conceptos pero no es una
empresa, la
productividad o competitividad no puede medirse sólo en
horas hombres, número de egresados, la universidad debe
ser calificada en razón de parámetros mucho
más trascendentes, como pertinencia con un modelo de
país menos dependiente y más digno.

La universidad adolece de todos los males del
cientificismo: rigidez, poca capacidad de respuesta a lo que
escapa del método
verificable, universal; excesivo disciplinarismo o concretismo,
que parcela el
conocimiento, lo disgrega, perdiendo la totalidad de la
realidad. La universidad dividida en decanatos y escuelas, cuya
unidad es solo administrativa, contradice el propio concepto de
Universidad como universo del
saber. Es necesario, respetando la diversidad de objetos de
estudio, profundizar en una red interdisciplinaria
que pueda dar respuesta coherente y pertinente a la sociedad y no
a parcelas de intereses.

Parte de esta desviación de la universidad hacia
el pragmatismo y la profundización de la dependencia,
tiene que ver con las propias corrientes educativas que
predominan en nuestros pensadores pedagogos: nuestros
epistemólogos de la educación están
fundamentalmente formadas en escuelas norteamericanas, donde
predominan corrientes instrumentalistas o conductistas, ajenas al
estudio del contexto histórico – social, que
pretenden resolver con instrumentos (entrevistas o
encuestas)
problemas de envergadura, como son la construcción de
teorías educativas para la América
Latina.

"Estas proposiciones advierten claramente lo
inadecuado del pensamiento pedagógico corriente de la
educación latinoamericana, que después de haber
sufrido alternativamente en el pasado la fascinación de
los modelos Francés y Alemán, en la actualidad
esta encandilada por el estadounidense y su prestigio como
factor de desarrollo y se augura ver nuestra formación
asimilada al mismo, por que sólo así se cree
garantizado el éxito
pragmático del acto educativo"(Merani,1989.
p19).

En general muchos de nuestros profesores universitarios
salen al exterior ha realizar postgrados sin ser parte de una
política universitaria. Muchos de nuestros profesores
sólo hacen postgrado por el reconocimiento
(título), ascender en el escalafón y recibir un
sueldo mayor. Así mismo, la investigación universitaria, cercenada por
el método científico, se circunscribe a una
necesidad práctica: trabajo de grado y ascenso.

Pero también son muchos los casos del apasionado
investigador o estudiante de postgrado cuya excelencia individual
o hasta institucional no garantiza la pertinencia social,
así lo plantea V Morles (1996):

"En principio desde el cientificismo se puede
estimular un postgrado de un buen nivel académico cuyo
objetivo declarado, sea la excelencia y el resultado; la
contribución al conocimiento universal. Si todo funciona
bien ese postgrado generara publicaciones internacionales que
engordaran los currículos de los alumnos y sus tutores
finalmente tendremos más maestros en ciencias y
doctores, lo que no necesariamente permite resolver un mayor
número de problemas
sociales, aunque sí podrá enriquecer el
caudal de sabores de la "transnacional de la ciencia" y la
tecnología que galopa junto a ella, desde luego todo
bajo el control de
los países desarrollados"(p.14).

"Las universidades tienen un compromiso muy
importante con los contenidos culturales del desarrollo. Ellas
deben contribuir de modo decisivo a la incorporación del
saber humanístico, científico y
tecnológico en los fundamentos de nuestra
cultura"(p.3).

Para el logro de este proyecto de universidad
autónoma debemos rescatar cada una de sus funciones a
través de la modernización y democratización
de la docencia que
significa un nuevo replanteamiento del rol del docente y de la
metodología de la enseñanzaaprendizaje. La
relación Docente – Alumno no puede seguir siendo una
relación estrictamente técnica – cognoscitiva. El
profesor
universitario está obligado desde su aula de clase a
despertar en el estudiante el interés y
las aptitudes antes señaladas.

Pero lo que consideramos más importante es el
papel de las funciones de investigación y
extensión, ambas no pueden seguir relegadas al tiempo y
los recursos
sobrantes de la docencia. Mientras que sigamos confundiendo
investigación con recopilación de información, especialización de
conocimientos en un área determinada o técnicos
para resolver problemas; y sigamos viendo la extensión
como un simple programa de
pasantías en empresas o comunidades como un
último paso o requisito más para obtener un
título; o peor aun como el único medio para generar
ingresos a la
universidad y obviar su principal propósito que es
vinculado a la sociedad y no sólo a una parte de
ésta (sector productivo); el pregrado no sea más
que la continuación de la educación media y el
posgrado la continuación del pregrado, indiscutiblemente
las universidades estarán incapacitadas de generar un
proyecto de desarrollo autónomo. Mientras investigaciones y
docencia anden cada una por su lado, sin que existan
líneas de trabajo que se desprendan del proyecto de
desarrollo autónomo regional – nacional nada
habremos hecho. Por esta misma razón, conceptos
clásicos como los de ciencia, investigación, deben
ser revisados la comprensión de la realidad ya no se
limita a los rígidos parámetros y limitados
alcances de la investigación científica, tal como
lo advierte Víctor Morles:

"…La investigación científica es
solamente una de las formas de hacer ciencia y por la otra, la
ciencia no es la única ni necesariamente la más
importante actividad intelectual del ser humano. Se olvida todo
lo relativo a otras necesidades y potencialidades inmateriales
de la humanidad, inclusive algunas de carácter
científico y técnico como son las que se refieren
a la producción de teorías, la planificación, la invención y la
elaboración o adaptación de diseños
tecnológicos – todos los cuales por cierto, exigen
enfoques y métodos
distintos a las del clásico método
científico- para no mencionar otras creaciones
intelectuales humanas también esenciales como son la
filosofía, el deporte o la
creación artística"(p.61).

Este autor prefiere hablar de producción y/o
creación intelectual. Igualmente el autor considera que ya
el concepto de postgrado debe ser revisado, hacerlo más
dinámico, menos escolarizado para ello propone un sistema
de educación avanzada. Para Morles la universidad
latinoamericana debe concentrarse fundamentalmente en la
construcción de teorías a través del sistema
de educación avanzada:

"… creemos que es necesario iniciar en nuestras
universidades, y en todo ese tercermundo que llevamos por
dentro, un movimiento
de reflexión y revalorización de los componentes
académicos más elevados: la teoría;
como el proceso y componente científico más
importante y el doctorado, como el medio para
desarrollar ese proceso" (p.36).

La universidad tiene hoy más que nunca el
compromiso histórico de contribuir a la
construcción de un proyecto nacional – regional de
desarrollo. El problema fundamental de las universidades no es su
falta de cupo, no es administrativo gerencial, no es
presupuestario, no es su poca vinculación con el sector
productivo, sin negar todas estas situaciones, el problema
fundamental de las universidades es su desarticulación
interna y principalmente su deficiente pertinencia con la
realidad nacional – regional. Esto no se resuelve con usos
de nuevas
tecnologías, con mejor administración, con más presupuesto, esto
es favorable pero no garantiza la pertinencia de la universidad
frente a los problemas sociales y económicos de la
sociedad.

El escenario primordial de las universidades no debe ser
el de la industria, no es el de la medición y estudio neutral de la pobreza,
la universidad latinoamericana debe ganar espacios en el
escenario donde se toman las decisiones políticas, donde
se construye y se deciden proyectos nacionales de beneficios para
toda la sociedad y no para una minoría.

El desarrollo autónomo del que hemos estado
hablando no se contrapone a las posibilidades de integraciones
regionales, por el contrario, para este desarrollo y ante la
intolerancia del capitalismo liberal se hace imprescindible los
nexos de integración, pero además, a diferencia del
modelo de sustitución de importaciones, los proyectos
autónomos al tomar en cuenta no sólo las ventajas
comparativas sino actividades que por sus diferencias de orden
natural y de diversidad cultural de trabajo abrirán paso a
relaciones más complementarias que competitivas. En la
integración latinoamericana la universidad tiene un papel
fundamental: la creación de una red de estudios avanzados
(postgrado, investigación, paquetes tecnológicos)
que contribuya en la formulación de teorías y
proyectos originales de la región. La integración
universitaria es fundamental para la unidad
latinoamericana.

Muchas críticas se hacen desde las universidades
a las misiones que el actual gobierno ejecuta a fin de darle
cabida a los excluidos sociales, demanda que no puede ser
postergada hasta que los académicos se decidan darle su
piso filosófico y teórico. Pero sin la menor duda
estas misiones con un gran sentido ético -social
están obligadas a ser orientadas no solo desde la
práctica sino de las experiencias acumuladas en la
teoría
y la filosofía que proponen el tipo de Hombre y de
sociedad que buscamos. Misiones sin teoría y
filosofía nuevamente se convertirían en
masificación e inclusión en un modelo de
dominación que es el cuestionado. No se trata de darle
trabajo, salud, educación a todo el mundo, sino un tipo de
trabajo, un tipo de salud, un tipo de educación, un tipo
de cultura que haga posible el surgimiento de un hombre nuevo,
una sociedad nueva.

Teniendo claro que las misiones son alternativas
temporales para dar respuestas a los excluidos sociales, es
necesario ir creando paralelamente las bases de las estructuras-
que con cierto grado de permanencia – tendrán que asumir
estas responsabilidades. En el caso de las universidades se ha
manejado la propuesta de las aldeas universitarias o
municipalización de la educación superior a fin de
contribuir con los desarrollos endógenos. Universidades
donde se impartan carreras de carácter técnico,
largas, pero también se ofrezcan formación
permanente en aquellas áreas consideradas como
prioritarias para la región, en el desarrollo de sus
mayores potencialidades, pero siempre articuladas al proyecto
educativo nacional. De esta manera no solamente
evitaríamos la fuga de cerebros de quienes salen a
continuar estudios universitarios a las principales ciudades del
país y que luego no regresan a la localidad de origen,
agravando el problema de la concentración poblacional de
estas ciudades, lo que ha producido los cordones de miseria,
saturación, deficiencia de servicios,
contaminación, entre otros males. Además estas
tendrán que ser otras universidades de cara al barrio, a
las comunidades, a la producción, a la organización
civil, universidades productoras de bienes económicos y
promotoras de desarrollo social
y cultural. Universidades que promuevan la soberanía
alimentaria así como la intelectual. Estudios que
además de responder a las grandes demandas nacionales,
como la medicina
social integral, la organización comunitaria, ofrezcan
fundamentalmente formación en las potencialidades de la
localidad. De esta forma el currículo no podrá seguir siendo un
producto prefabricado que desde Caracas se imponga al resto del
país sino que, sin desarticularnos de las políticas
nacionales, el currículo sea una construcción
colectiva de los actores que hacen vida en cada una de sus
localidades, de tal forma de acabar con la fuga de cerebros pero
también desarrollar económica y territorialmente
cada uno de los municipios. Todo esto garantizando la justicia
social y la conservación del ambiente, que haga posible la
sustentabilidad de las próximas generaciones.

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Dr Pedro Rodríguez Rojas

Universidad Simón Rodríguez

Venezolano. Sociólogo e historiador. Doctor
ciencias sociales. Coordinador área filosófica y
sociopolítica de la educación UNESR ,
Barqusimeto

Venezolano. Sociólogo e historiador. Doctor
ciencias sociales. Coordinador área

Partes: 1, 2
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